Ya conoces nuestra Zángana, artesana y original (y espero que te encante), pero ¿alguna vez te has dicho a ti mismo «quiero hacer mi propio hidromiel casero»? Si nunca antes lo has hecho pero te gustaría probar, o si ya te has enfrentado al reto de hacer hidromiel en casa pero no te fue bien o crees que podrías mejorar, continúa leyendo. Si ya eres un experto y crees que puedes contarnos algún truco nuevo de la fabricación casera de hidromiel, no dudes en contactarnos por nuestras redes sociales y añadiremos tus aportaciones al artículo (¡mencionándote por supuesto!). A continuación damos una receta sencilla para un hidromiel tradicional y algunos consejos que damos a nuestros amigos cuando nos preguntan y que nos hubiesen venido muy bien la primera vez que hicimos aguamiel en casa hace ya unos cuantos años. ¡Aquí van nuestros secretos para elaborar hidromiel casero!
La receta
- Nombre: Hidromiel tradicional con té
- Graduación aproximada: 8%
- Gasificación: poca o ninguna
- Dulzor: seco o semiseco
Esta es una de las primeras recetas que desarrollamos cuando nos lanzamos a hacer hidromiel artesanalmente en nuestras casas, hace ya unos cuantos años. Aunque por aquel entonces fabricar hidromiel a escala comercial aún estaba muy lejos, conservamos las libretas en las que apuntábamos todos los datos de aquellos lotes artesanales (como esto nos fue muy útil más adelante, lo hemos convertido en uno de los consejos que damos más abajo).
El sabor de este hidromiel dependerá en gran medida de la miel y las levaduras utilizadas, pero destaca por no tener aromas ni sabores fuertes y por ser una receta relativamente rápida y sencilla.
Ingredientes
- 5 litros de agua mineral
- 1,25 kg de miel de milflores (natural, sin filtrar)
- 1 taza de té negro, bien cargado
- 5 gramos de levadura
También necesitarás:
- Dos recipientes de 7L o más, serán tus fermentadores. Si tienes, puedes utilizar garrafones de vidrio o similar. Si no, garrafas nuevas de plástico PET, de las de agua grandes, también te pueden servir
- Un burbujeador adecuado para el cuello de tu garrafa. Si no quieres usar uno comercial (yo siempre uso los de este tipo, rellenados con orujo), puedes hacerte uno casero (hemos encontrado este curioso vídeo donde se explica uno de los muchos métodos)
- Una olla de al menos 5L, con tapa
- Utensilios de limpieza, cucharas, cucharones típicos de cualquier cocina
- Un rincón oscuro y con temperatura estable
Elaboración
1. Limpia todo el material
Yo siempre he trabajado con agua templada con lejía alimentaria en un cubo, y limpiando todos los elementos que iba a utilizar, aclarándolos después con agua del grifo. Recuerda cerrar los recipientes, tapar la olla y cubrir con film transparente los utensilios después de lavarlos, para que no les caiga encima ningún bichito microscópico que pueda estropear tu hidromiel.
2. Mezcla la miel y el agua
Lleva el agua a ebullición en una olla. Una vez haya hervido déjala templar, siempre con la tapa puesta, durante 5 minutos. Añade la miel y revuelve usando un cucharón, hasta que toda la miel se haya disuelto. El agua caliente hará esta tarea más rápida y sencilla. Una vez esté bien mezclado, vuelve a tapar la olla y déjala enfriar hasta que esté ligeramente tibia (unos 30 ºC).
Nota: si no tienes una olla lo bastante grande, puede bastar con que uses 3L para este paso y que añadas el resto del agua, fría, en el paso 3, justo antes de añadir la levadura.
3. Añade la levadura
Cuando esté tibio, pasa el caldo al fermentador. Si usas una garrafa de agua probablemente necesites usar un embudo para este paso. No hay problema, pero recuerda lavar bien el embudo antes. En cuanto tengas la mezcla en el fermentador ya puedes añadir la taza de té (aún caliente) y la levadura. Si estás usando una levadura comercial, sigue las instrucciones que vienen en el envase.
4. A fermentar
Coloca tu airlock en la boca de la garrafa y llévala al rincón donde la vayas a tener las próximas semanas. Recuerda que debe ser un lugar donde no dé el sol y donde la temperatura sea más o menos estable. Vigila el fermentador a diario, pero no lo muevas mucho y no lo abras.. Verás que al principio parece no ocurrir nada pero tras un par de día deberías empezar a ver formarse burbujitas en el líquido y gas saliendo por el airlock. Se formará espuma sobre el caldo, así que más te vale tener uno o dos litros de espacio libre en la garrafa.
5. Clarificación, maduración y consumo
En función de la levadura que hayas utilizado, la fermentación puede tardar un par de semanas o un par de meses. Sabrás que ha terminado porque dejan de formarse burbujas en el caldo y el gas ya no saldrá por el airlock. Además, el líquido se verá mucho más claro y tendrás una gruesa capa de posos en el fondo del fermentador, estas son las levaduras muertas, ya agotadas tras tanto trabajar.
Deja unos días de margen desde que veas que deja de salir gas del fermentador antes de pasar a la clarificación. Esta consistirá simplemente en separar el líquido claro de los posos.
Puedes hacerlo vertiendo con cuidado (o usando un tubo de trasiego comercial como este) a la segunda garrafa ¡ya te habías olvidado de ella eh! Si quieres mejorar la clarificación, deja el fermentador unas horas en la nevera, esto hará que toda la levadura que pueda quedar flotando se deposite también en el fondo.
La segunda garrafa ya debes taparla con un tapón normal, y empezará el proceso de maduración. Es posible que tras unos días en la segunda garrafa, veas que una nueva capa de posos aparezca. Esto puede ser porque no se clarificó bien a la primera o porque aún quedan levaduras por ahí trabajando. Repite la clarificación tantas veces como veas necesario.
La maduración transcurre en un lugar sin luz y con temperatura estable, como la fermentación. Con la diferencia de que ahora ya podrás abrir la garrafa de vez en cuando y echarte un vaso para probar (no bebas de la garrafa que nos conocemos). El sabor y aroma del hidromiel irá cambiando a lo largo del tiempo, suavizándose y ganando matices con el tiempo. Cuando creas que está lo bastante bueno pásalo a botellas (lavadas con agua y lejía, y aclaradas con agua del grifo) y almacénalo en un lugar fresco o en nevera.
Si este hidromiel es demasiado seco para ti y quieres añadirle un poco de dulzor, simplemente mézclalo con miel cuando vayas a consumirlo. Recuerda cuánta cantidad de miel te gusta en tu hidromiel y la próxima vez que hagas tu hidromiel casera, añádela tras la maduración.
Nuestros cinco consejos
1. Levadura y los nutrientes
Aunque puedes hacer hidromiel con cualquier levadura natural (no sirve levadura química ni bicarbonato, ojo) hasta con levadura fresca para pan, te recomendamos que uses una levadura comercial. Las levaduras comerciales para cerveza, vino o hidromiel están seleccionadas específicamente y fermentarán más rápido, clarificarán mejor y dejarán mejores aromas en tu hidromiel hecho en casa. Nuestro consejo es que uses una levadura para hidromiel, o en su defecto para vino blanco o champán. Sigue las instrucciones de tu levadura comercial al detalle y conseguirás los mejores resultados.
Quizá no te has fijado en el detalle del té, pero es muy importante. Verás, es innegable que la miel tiene un montón de propiedades beneficiosas y nutrientes valiosos. Para muchas cosas esto es cierto, pero en el caso de los minerales no tanto. La miel es pobre en potasio, hierro o cobalto, todos estos minerales esenciales para el crecimiento de la levadura. El té aportará esos minerales y mejorará la fermentación. Si notases que la fermentación se para a los pocos días o cuando tu caldo aún está dulce, quizá le falten minerales. Añade otra taza de té y puede que consigas reactivarla. Pero si quieres garantías, existen nutrientes para levadura comerciales, y con estos no vas a fallar.
2. La limpieza
Trabajar de forma higiénica es fundamental cuando haces hidromiel en casa. Puede que hagas un lote, dos o tres sin ser estricto en la limpieza de tu material y que todo salga bien. Pero tarde o temprano tu hidromiel se picará o avinagrará, y perderás un lote entero. Eso duele, y mucho. Aunque existen productos específicos para limpieza sin aclarado, como el percarbonato de sodio, en este artículo te hemos recomendado agua con un chorrito de lejía. Es barata, hay en todas las casas y siempre es una garantía. Eso sí, maneja la lejía con cuidado y aclara bien todo el material antes de usarlo.
3. Los materiales comerciales
En este artículo hemos usado links a https://www.latiendadelcervecero.com. Hay que aclarar que no hemos hablado con ellos de esto ni recibimos un duro si compras allí, simplemente es uno de los sitios donde se encuentra casi todo lo necesario para una receta casera de hidromiel. Busca, compara y elige entre lo que te ofrecen otros lugares, ¡incluido el comercio de proximidad, no te olvides! Y recuerda que para casi todo habrá una solución casera que podrás hacer tú mismo con materiales cotidianos.
4. Toma notas
Anota cómo va la fermentación, si lleva muchos días parada, si ya toca clarificar, si echas una segunda taza de té… Haz fotos, haz vídeos, mándale whatsapps a tus amigos contándoles cómo va la fermentación, o usa una libreta de toda la vida. Parece una tontería, pero en un par de meses querrás hacer otro lote igual que el primero y no te acordarás de muchos detalles relevantes. Anótalos y además de evitar esto podrás corregir tus errores pasados, preparar nuevas recetas añadiendo pequeños cambios, saber si te gustan o no te gustan. Fabricar hidromiel casero es como cocinar, solo que en lugar de una o dos horas, el plato tarda unas cuantas semanas, y en ese tiempo se te pueden olvidar cosas importantes.
5. Paciencia y no te rindas
Bueno, sabes que los fundadores de Zángana somos ingenieros químicos y aún así, ¿crees que todos los lotes caseros que hicimos cuando empezamos salieron bien? ¡Qué va! Si tu primer intento con esta receta no sale bien, no desesperes. Repasa tus notas, revisa la receta, comprueba tu material, extrema la limpieza y vuelve a intentarlo. Pronto estarás probando recetas nuevas o inventando las tuyas propias, y sobre todo disfrutando de tu hidromiel casero.
Una fabricación casera dio pie a la primera receta de Zángana.
Conclusión
Por supuesto, hacer hidromiel es mucho más complejo de lo que se puede explicar en este artículo. Existen muchas técnicas de elaboración distintas, muchísimas recetas, muchos tipos de hidromiel. En internet hay toneladas de información al respecto y estamos ansiosos por añadir unos granitos de arena más. En artículos futuros daremos consejos más a fondo sobre la elaboración artesana de hidromiel y también más recetas, pero mientras tanto si tienes alguna duda o aportación no dudes en escribirnos a info@hidromielzangana.es o a nuestras redes sociales y te contestaremos encantados.