Los ingredientes de calidad son claves en el éxito de Hidromiel Zángana, veamos además el proceso de elaboración que utilizamos.
Miel de calidad, 100% española
La base de cualquier producto artesano es la selección cuidadosa de las materias primas con que se elabora Como era de esperar, la material prima más importante en la fabricación de Hidromiel Zángana es la propia miel.
Ya vimos en otro artículo de nuestro blog que hay problemas con la miel de otros orígenes.
Sin embargo, España es uno de los productores mundiales de miel de mayor calidad y es por esto que utilizamos miel 100% de origen España en nuestras variedades de Hidromiel Zángana. La miel es fundamental en el resultado final del producto, le aporta sabor, aromas, contenido alcohólico…

Agua del manantial de Las Xanas de Quirós
Otro aspecto fundamental en la fabricación de cualquier bebida es la calidad del agua utilizada. Al utilizar el agua de manantial para la producción de cualquier bebida fermentada, el correcto equilibrio de minerales facilita la fermentación y mejora la calidad del producto final. Para fabricar Hidroemiel Zángana la localización privilegiada de nuestra fábrica en Los Valles del Oso, en el centro de la Asturias más verde, nos da acceso al agua del Manantial de las Xanas de Quirós, de altísima calidad. Este manantial es el mismo que talla el valle que da nombre a la famosa Ruta del Desfiladero de las Xanas al que te invitamos a conocer cuando visites Asturias.

Fermentación con levaduras seleccionadas
El siguiente paso es mezclar la miel y el agua en las proporciones correctas y hacerla fermentar con levaduras seleccionadas. La fermentación es un proceso natural en el que las levaduras transforman el azúcar aportado por la miel en alcohol y dióxido de carbono (CO2 o gas carbónico). Además, se producen otra gran cantidad de procesos paralelos en los que se generan los sabores y aromas característicos de nuestra Hidromiel Zángana. Es fundamental en el resultado final el tipo de levadura utilizado, la miel, el agua, la temperatura, la presión… ¡Pero no vamos a contaros todos nuestros secretos, claro!

Embotellado
Una vez ha pasado el tiempo de fermentación adecuado, nuestro hidromiel estará listo para embotellar. La elección del momento y la técnica de embotellado es fundamental, también lo es la higiene para garantizar que no se contamine ni se estropee (imaginaos las veces que se estropeaba cuando los vikingos fabricaban su hidromiel en la antigüedad).
De momento, en Zángana hemos elegido el formato de 33cl para nuestras botellas, similar al de la mayoría de cervezas, pero en el futuro nos atreveremos con otros formatos mayores, botellas de 0,7L o incluso más originales.

Gasificado
¿Has probado ya Hidromiel Zángana? ¿Recuerdas esas burbujitas características que la hacen más ligera y refrescante?
Como dijimos, durante la fermentación se produce gas carbónico de forma natural. Como imaginarás, una vez en la botella las levaduras siguen trabajando y esta vez el gas no tiene a donde escapar, queda disuelto en el hidromiel en la proporción exacta para convertirla en ese maravilloso brebaje que ha encantado a tantas civilizaciones a lo largo de la historia.
